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Ataco

Concepción de Ataco es un municipio del departamento Ahuachapán, El Salvador. Tiene un área de 61,03 km² y una población de 12,531 habitantes (Estimado 2013).

El municipio para su administración se divide en 11 cantones, los cuales son: El Arco, El Limo, El Naranjito, El Tronconal, La Ceiba, La Joya de los Apantes, Los Tablones, San José, Shucutitán y Texusín Chirizo. La población de Ataco tiene origen precolombino y fue creada por indios yaquis o pipiles en el centro de la sierra de Apaneca..

En nahuat, Ataco significa: “Lugar de elevados manantiales”.

Por argumentos del arzobispo don Pedro Cortes y Larraz, Ataco pertenecía en 1770 a la parroquia de Ahuachapán y su población estaba representada por 303 familias con 784 personas indígenas que hablaban el nahuat de los pipiles, a su vez estas personas hablaban y comprendía también el castellano.

En el periodo colonial Ataco perteneció a la administración de la provincia de Izalco o alcaldía mayor de Sonsonate. A partir del 12 de junio de 1824 perteneció al municipio del primitivo y gran departamento de Sonsonate. Debido a la ley del 4 de julio de 1832 esta población fue parte de la jurisdicción del distrito judicial de Ahuachapán. Por decreto legislativo de 8 de febrero de 1855 el pueblo fue incorporado en el departamento de Santa Ana. De acuerdo a un informe municipal de Ataco, expuesto el 20 de abril de 1858, el pueblo contaba con una población de 972 habitantes.

Durante el año de 1866 los municipios de Ataco solicitaron a los poderes públicos, que esta población se dividiera y se separara del departamento de Santa Ana y se agregara al departamento de Sonsonate por razones de conveniencia de los intereses locales. Esta solicitud no progresó.

Por Decreto Legislativo de 26 de febrero de 1869 entró a formar parte del distrito y departamento de Ahuachapán.

Para el año 1890 el municipio poseía 2,860 habitantes.

Experiencia

Camino a Ataco nos hemos desviado y realizado un tramo caminado por unos cafetales para ver unas pierdas gigantes las cuales habían sido intervenidas y tienen forma de rostro hecha por los indígenas lo que nos dice que hubo una civilización por esas zonas.

Nuestra experiencia de la visita a ataco fue muy bonita, ya que aunque no pudimos caminar mucho al principio debido a la fuerte lluvia, disfrutamos un momento de la compañía de nuestros amigos con un capuchino en uno de los pintorescos restaurantes de ahí, el cual contaba con un buen servicio, esperamos que se calmara la lluvia y luego salimos a caminar por el pueblo, entramos a las tiendas de artesanías, compramos algunas pulseras y vimos distintas formas de hacer arte, hasta con materiales reciclados. No pudimos ir a las ruinas debido a las lluvias y al poco tiempo pero aun así disfrutamos, ataco es un bonito lugar para disfrutar.